(Guitarra)
(Canta) No quiero predicarle
a nadie esta noche.
Solo quiero contar mi historia.
Cuando el sol salga mañana.
Arrojará una luz sobre
algunos hechos del infierno.
Las nubes flotan en el cielo.
El ánimo cambia muy rápido.
Como en las calles de Jerusalén.
Donde el silencio
no está destinado a durar.
Te encontraré esta noche.
Contaré de uno a tres.
Sentiré paz en mi interior
teniéndote a mi lado.
Nací en esta realidad.
Me crié con una guerra.
No significa que deba aceptarlo.
Ya no quiero luchar más.
Jóvenes de todas partes
salen y cruzan las fronteras.
Buscamos el diálogo.
Y nos quedamos sin tiempo.
Te encontraré esta noche.
Contaré de uno a tres.
Sentiré paz en mi interior
teniéndote a mi lado.
Te encontraré esta noche.
Contaré de uno a tres.
Sentiré paz en mi interior
teniéndote a mi lado.
Te encontraré esta noche.
Contaré de uno a tres.
Sentiré paz en mi interior
teniéndote a mi lado,
teniéndote a mi lado.
Teniéndote aquí
a mi lado.
(Fin de música y canción)
(Aplausos)
Gracias.
Es un verdadero honor estar aquí,
ser parte de este maravilloso día,
escuchando tantas historias
y descubrimientos inspiradores.
Yo descubrí el poder de la música,
y me ha llevado 38 años de carrera
comprenderlo bien, transmitirlo
y usarlo,
no solo aquí en Jerusalén, en Israel,
en Medio Oriente, sino a donde vaya.
No me refiero a arreglar el mundo,
y no creo que vaya a cambiar
el mundo en absoluto,
voy a cambiar mi mundo,
y eso me pone feliz.
Empecé mi carrera hace 38 años.
Empecé tocando canciones de amor,
todavía toco canciones de amor.
Pero es el lugar donde
toco las canciones de amor
lo que marca la diferencia para mí.
Y pienso, y espero, e intento,
marcar una diferencia en otros
conforme entretengo y toco
en situaciones imposibles:
sea al lado de una cama de hospital,
en una zona de guerra,
en una zona de accidente,
o para personas en duelo,
padres y amigos.
Pero esta historia que
quiero contarles, brevemente,
que pertenece a un álbum en realidad,
y esta canción que acabo de cantar,
"De uno a tres", es la primera
que compuse para este álbum.
Es un álbum titulado
"Jerusalén Este y Oeste".
En realidad no fue el nombre
que pensé que tendría,
pero así sucedió, así resultó ser.
He trabajado toda la vida
-- aparte de hacer música y tocar --
en manifestaciones, con actividad social,
pero nunca hablé de eso,
nunca lo registré,
nunca quise profesar al respecto,
ni hacer alarde de ello.
Pero en este momento sentí
que podía y debía hacerlo.
He estado trabajando
aquí en Jerusalén Este
durante 16 años, desde 1999.
No sé si debería llamarlo trabajo.
La mayoría de las veces,
junto con mis amigos,
músicos y artistas palestinos
muy prominentes,
no creo que tocáramos música
la mayor parte del tiempo.
tomamos café, comemos mucho kebab,
muchas ensaladas,
mucha inactividad; la mayoría de las
veces, simplemente pasamos el rato.
Yo siempre dispuesto con mi guitarra
para sentarme y tocar,
pero hay algo que sabemos
sobre construir una relación,
y es construir una relación,
cuidar de aquellos con los que
estamos, escucharlos, sonreír,
hacer bromas tontas, incluso sobre
las situaciones más difíciles
de las cuales hay muchas aquí
en Medio Oriente.
Hemos pasado por intifadas
y hemos pasado por guerras,
y siempre permanecimos juntos.
Siempre he llegado desde Tel Aviv
-- que es mi casa --
conduciendo hacia Jerusalén Este,
sintiéndome más seguro que nunca
entre amigos y compañeros.
Dieciséis años de esta amistad,
con calma y en realidad de una
manera muy a la Medio Oriente
que, pienso, con el lema
que aprendí de los españoles,
lo aprendí de ellos con los años,
siempre usan la palabra "mañana";
dicen: "No corre prisa,
puede ser mañana".
Bien, aquí en Medio Oriente
decimos, en árabe, "Shwy, shwy".
Lentamente, lentamente,
de a un paso a la vez.
Vean, como israelí,
quiero hacer todo de una vez.
Tengo una idea, quiero hacerla,
si no ocurre al día siguiente.
Pero las cosas no son así.
No solo pasa en Palestina,
o Israel, o en Medio Oriente,
lo mismo pasaría con cualquiera
de los pueblos indígenas del mundo.
Los pueblos antiguos tienen mucho
más tiempo para entender las cosas.
Así que hace unos cuatro años,
uno de mis amigos, un músico palestino,
me dijo: "David, ¿cuándo vamos
a hacer ese proyecto juntos
del que me has hablado tantas veces?"
Lo estaba esperando.
Porque pensaba que era el único que
tenía esas ansias de que ocurriera.
Bueno, no terminó esa frase
y mi mente ya estaba funcionando
en modo triple.
Pensaba "¿Cómo lo hago?"
Empecé a escribir canciones.
Les dije: "No se preocupen,
traeré la producción al estudio".
Y empecé a componer canciones,
la primera es la canción con la que
comencé esta charla, "De uno a tres".
Compuse más canciones,
y todas salieron en inglés,
y todas contaron la historia.
En cierta forma, es una mezcla
de historia personal y amor,
hasta cierto punto
es ansiedad, angustia,
es querer ver el fin de la guerra,
no sé cómo ni por qué pasó eso.
Pero luego tuve que reclutar y traer
a los músicos y a la producción
al lugar.
Pensé, saben, que la música
sería el obstáculo más grande.
Todos estos años estuve aquí
en Jerusalén Este,
con mis amigos palestinos,
estaba yo desde Tel Aviv,
a veces mis hijos, mi esposa,
pero yo estaba solo.
Ninguno de mis músicos
aceptó jamás una invitación.
Eran bastante reacios a venir
alegando que estaban ocupados
haciendo otras cosas.
Pero esta vez, conforme avanzaba
con esta producción,
pensé, bien, abordemos el primer cambio,
veamos si mi banda israelí
viene desde Tel Aviv una vez
y ve lo veo, siente lo siento, y
experimenta este lugar maravilloso,
y la camaradería que se puede construir
y que puede ser un puente,
y que puede hacernos más felices
y sentirnos más seguros unos con otros.
Por eso para mostrar
en esta furgoneta abarrotada,
mientras le mostraba a mis amigos
la música que estaba componiendo,
y que estaba por llevar al estudio
para producir el próximo álbum,
pude ver que sus oídos se animaron
y realmente tenían ganas
de ser parte de eso,
pero todavía no los invitaba,
solo quería ver su interés.
Un día después, en otro viaje a un show,
les dije: "Estuve pensando en invitarlos
a Uds., muchachos, a esta producción".
Y todos dijeron: "¡Sí, genial!
No vemos la hora de hacer
un álbum otra vez contigo".
Dije: "Sí, pero lo haremos en
el estudio de Jerusalén Este,
es un estudio palestino".
Y, de inmediato, la conversación
tomó otro rumbo.
De repente, estábamos hablando
de temas de información general
y de historias enervantes
que no me interesaban.
De todos modos, me di cuenta de que
tendría que trabajar un poco más.
Al día siguiente, les digo:
"Bien, estoy dispuesto a alquilar
el estudio ahora. Quiero que vengan".
Dijeron: "Bueno..."
De repente, y por primera vez,
--vean, somos un grupo
de hombres en mi banda,
y, bien, los tipos del rock
se supone que son tipos rudos--
y, de repente, dicen:
"Bueno, está bien
-- por unanimidad --
preguntemos a nuestras mujeres".
(Risas)
Bien, tipos rudos.
(Risas)
Al día siguiente, espero.
Digo, estamos en una furgoneta
abarrotada, nadie puede salir.
Y dicen: "Bueno, las mujeres
están reticentes, ya sabes,
no quieren quedar solas con los niños..."
Entonces digo: "Esperen un segundo.
Ante todo, les prometo
que lo haremos en 8 días".
Por lo general, un álbum lleva semanas,
meses. "Lo haremos en 8 días".
La única razón para decir "8 días"
es que si decía "una semana",
nadie me creería que lo podíamos
hacer en una semana.
"Ocho días", suena real, ya saben,
(Risas)
un tiempo asequible y relajado
para hacer un álbum.
Dijeron: "Bueno, bien,
ya sabes, lo consultaremos..."
Les dije: "No, no. Díganles
a sus mujeres que pueden venir.
Hay un hotel maravilloso cerca,
reservaré habitaciones para todos".
Las mujeres, al día siguiente,
me dijeron que
no había nadie que pudiera
cuidar a los niños.
Les dije: "¿Qué? ¿Familia política,
padres, primos?
¡Tráiganlos también!
¡Traigan a todo el vecindario!
(Risas)
Hagamos de esto un gran evento".
Por supuesto, logré comprometerlos.
Ahora tenía que conseguir un productor.
Quería conseguir un productor que
fuese estadounidense, quizá,
porque si todo es en inglés,
quería que fuese de EE.UU.,
un estilo más estadounidense,
más internacional.
Así que empecé a hacer
listas, y pensé:
"Bueno, si voy a probar con
los productores que quiero,
la mayoría dirá que no
porque no están conformes de venir
a Israel debido al boicot.
Consultaré al más extremo primero,
pues respeto sus puntos de vista,
pero sé que es un duro de roer".
Por eso llamé a Steve Earle.
Es uno de los cantautores y creadores
de opinión más respetados,
y un activista de verdad.
Lo llamé primero, sabía que estaría
fuera de la lista de inmediato.
No había terminado la frase
de que quería unir
a músicos israelíes y palestinos
en un estudio en Jerusalén Este,
que dijo: "¡Oye, hombre! Me sumo.
¿Cuándo? Solo dímelo".
"¡Espera!
No tengo el presupuesto".
"Olvida el presupuesto.
Voy".
Ya lo tenía.
Anuncié a los músicos israelíes:
"Muchachos, ya estamos".
Puse como fecha el 20 de enero de 2013.
Ahora tenía que convencer
a mis músicos palestinos.
Esto tuvo algunos obstáculos.
Algunos vinieron bajo mucha presión.
Así que pensé, aunque no vengan,
estaré allí con mis músicos.
Pero traeré cocineros
israelíes y palestinos
que preparen banquetes increíbles
cada noche con comida Michelin,
vino israelí excelente, incluso whisky
para quienes realmente quieran
beber y descontracturarse.
¿Y saben qué?
Después de la primera noche, que tuvimos
más de 100 personas alrededor de la mesa,
incluyendo el equipo de la película
porque hice una película con eso,
bajo el mismo nombre
"Jerusalén Este y Oeste"
vinieron todos los músicos,
los ingenieros, los camareros,
y luego los amigos,
y los amigos de los amigos,
y la familia, las esposas, los hijos,
todos estaban allí, casi
alquilé todo el hotel.
Pasamos ocho días y ocho noches,
y vinieron los amigos palestinos,
y por supuesto, después de un par
de copas de vino y buena comida,
entraron al estudio,
y empezamos a tocar juntos.
Y ocho días después, he aquí,
hice mi álbum más hermoso,
grabado junto con estas personas.
Fue como un momento milagroso,
fue como crear una burbuja
utópica en nuestro mundo.
Ahora tocaba continuar con ello
cantándolo al resto del mundo
que es lo que estoy haciendo
ahora, viajando por el mundo.
(Aplausos)
Muchas gracias.
Es muy inspirador,
y lo más importante para mí
fue inspirar a otros
a atreverse, a pasar ese umbral,
a no tener miedo.
No sé si Uds. son médicos,
arquitectos, masajistas,
poetas, filósofos, ¡participen!
Participen con los vecinos,
con los amigos de la cuadra,
a través del muro, por todo el lugar,
sea que estén en Israel, Palestina,
Colombia, México,
sea que estén en los barrios latinos
en algún, por así decirlo, malos barrios,
¡no teman!
No teman de cruzar el límite.
Somos personas, todos queremos lo mismo:
sentirnos seguros y conocer al otro,
sentirnos unos a otros,
y sabiendo qué tener en cuenta.
No crean las historias,
háganlas Uds. mismos.
(Aplausos)
Empecé con la canción
más reciente que he grabado.
Me gustaría, quizá,
concluir esta parte mía,
y quizá, todo el evento, creo
que estoy concluyendo el evento,
con la primera canción que grabé.
Esta es la canción que compuse
en 1977, hace 38 años.
Fue en noviembre, cuando el
presidente Anwar Sadat de Egipto
pisó suelo israelí por primera vez.
Ver esto fue el momento más increíble
para mi generación y otras, la generación
de mis padres, y la de mis abuelos".
Yo estaba con mi buen amigo,
el poeta israelí Yehonatan Geffen,
mirando esto,
mientras él escribía
con fervor este poema,
y luego me lo pasaba y decía:
"¿Por qué no le pones música?"
Como diciendo: "Has algo con
tu vida, ya saben". (Risas)
"Estás sentado mirando".
Así que le puse música,
me dio dos días.
Y por eso, escribí esta canción
"Las cosas irán mejor",
mientras decimos "Yihye Tov".
(Guitarra)
(Aplausos)
(Canta en hebreo)
Miro por la ventana
y me pone un poco triste.
La primavera ha quedado atrás,
quién sabe si volverá.
El payaso se convirtió en rey.
El profeta en payaso.
Y yo olvidé la forma
pero sigo aquí.
Las cosas irán mejor,
las cosas irán mejor.
Aunque a veces me desmorono.
Así que esta noche, oh, esta noche
me quedo contigo.
Los niños lucen alas,
y vuelan al ejército.
Y después de un par de años
regresan sin respuesta.
Las personas viven con estrés
buscando una razón para respirar.
Y entre el odio y el asesinato
hablan de la paz.
Las cosas serán mejores,
las cosas serán mejores.
Aunque a veces me desmorono.
Así que esta noche, oh, esta noche
me quedo contigo.
Allí en lo alto del cielo
las nubes aprenden a volar.
Y miro hacia arriba
y veo un avión secuestrado.
Un gobierno de generales
divide el escenario
en lo de Uds. y lo nuestro.
Y nadie le ve el final.
Llegó el presidente de Egipto.
Qué regocijo tuve al verlo.
Las pirámides en sus ojos,
el humo de la paz de su pipa.
Dijimos: "Hagamos las paces
y vivamos como hermanos".
Él dijo: "Hagámoslo.
Salgan de los territorios".
Las cosas serán mejores,
las cosas serán mejores, sí.
Aunque a veces me desmorono.
Así que esta noche, oh, esta noche
me quedo contigo.
Como dije, compuse
esta canción hace 38 años.
O he quedado ligado a ella
durante 38 años,
(Risas)
(Aplausos)
pero como pasa con las canciones
populares, ya saben,
suelen expandirse
y cambiar con el tiempo.
Cada vez que el proceso de paz pasó
por un momento positivo,
sabía que tendría un nuevo verso
de mi amigo Yehonatan Geffen que
todavía escribía prolíficamente.
Esto no tiene fin...
Digo, 38 años, no querrán que cante
todos los versos porque estaríamos aquí
(Risas)
hasta el atardecer, algo
que suele pasarme (Risas)
pero no con una canción.
Por eso quiero cerrar con unos versos
que, pienso, lo resumen todo.
Y estos versos dicen
que deberíamos aprender a vivir juntos
bajo el olivo.
Y que ese niño crecerá
sin saber de la guerra,
ni del terror, ni de las fronteras.
Y que crecerá una hierba nueva, fresca
en los cementerios por el amor y la paz.
Después de 100 años de guerra,
no hemos y no vamos
a perder la esperanza.
(Canta en hebreo)
Algún día aprenderemos a vivir juntos
bajo el olivo.
Los niños vivirán sin temor
Sin fronteras, sin refugios antibombas
En las tumbas crecerá hierba
por la paz
(Aplausos)
y el amor.
Tras cien años de espada
la esperanza aún no ha muerto.
Las cosas serán mejores.
¡Uds. pueden sumarse!
(En hebreo) Las cosas serán mejores.
Aunque a veces me desmorono.
Así que esta noche, oh, esta noche
me quedo contigo.
Y las cosas serán mejores,
las cosas serán mejores.
A veces me desmorono.
Así que esta noche, oh, esta noche
me quedo contigo.
Miro por la ventana.
Quizá,
quizá está por venir,
está por venir, quizá está
por venir un nuevo día.
(Aplausos)
(Ovación)
¡Las cosas serán mejores!
(Aplausos) (Ovación)