1 750 000 niños privados de educación; 1 350 000 niños corrían riesgo de deserción escolar. Una de cada tres escuelas destruida, afectada o llena de desplazados. El sistema educativo perdió 150 000 empleos en este campo. Las cifras son grandes y espantosas, y sigue en aumento. Estas cifras se vuelven grandes estadísticas, y una gran bola de nieve que crece con el tiempo y hay que pararla de cualquier manera. Aunque las cifras son grandes, la esperanza es más grande. Antes de la crisis los sirios priorizaban la educación, tanto como la comida y la bebida. Con el inicio de la crisis y la asignación de las cestas de comida, los profesores crearon una iniciativa voluntaria para evitar a los niños esa pérdida. Sentíamos dolor al ver a los niños abandonar la escuela. Nos sentimos impotentes al ver las escuelas llenas de desplazados y no cumpliendo su papel educativo. En 2012 decidí con mis amigas hacer algo; fuimos a las escuelas que albergaban familias tocamos sus puertas, puerta por puerta y sala por sala, les preguntamos: ¿tienen niños que quieran aprender? Las familias interactuaron con nosotros, nos dieron los nombres de sus hijos para anotarles en las listas y dividirles en grupos para que cada profesora se ocupara de un grupo. Empezamos a enseñar a los niños. La pregunta más defícil era: ¿Dónde vamos a enseñarles? ¡Imaginen todas las escuelas llenas de familias desplazadas! Todas las escuelas, las aulas, los patios, los laboratorios y las oficinas administrativas. Era una pregunta muy difícil. Sin embargo, no nos detuvimos. Buscamos algún lugar vacío para enseñarles y al final les enseñamos en las escaleras, los pasillos, los patios y las salas de las familias o sea, los rincones de esas salas. Los padres nos observaban durante el tiempo de estudio, nos mudamos de una escuela a otra, y de un barrio al otro, nos expandimos y disfrutamos mucho. Nos encantaba ver a un niño que continuaba con nosotros. La alegría más grande era cuando un niño ingresaba a la escuela. Y a pesar del interés por la educación de algunos padres, por desgracia, están los que al contrario no le dan esa importancia. No olvido una vez cuando fuimos a ver una familia y les preguntamos si querían enseñar a sus hijos. El padre repondió simplemente que no, no tenía hijos a quien enseñar. "Mis hijos van a trabajar". No olvido la mirada triste de estos niños. Querían estudiar, por supuesto, como sus amigos, entonces, sentimos impotencia. Pero aun así no podemos culparle, definitivamente no podemos. Quizá se preocupe por sus hijos dada la situación del país. Quizás no pueda alimentar a sus hijos y no pueda proveer los materiales para estudiar. Por eso no podemos culparle. Pero también la educación no puede ser un sueño para los niños, la educación es un derecho de todos los niños. Nuestra iniciativa no fue la única. había otras iniciativas en toda Siria en la ciudad, el campo y los campamentos. Colaboramos todos, eso distingue a los sirios, nunca nos damos por vencidos. Todos cooperamos con las asociaciones y las ONG todos colaboramos y tuvimos esperanza. Nuestra iniciativa era una solución pero por desgracia era muy simple, la realidad requiere una solución más amplia. Necesitamos una solución para los niños que dejaron la escuela hace años y luego regresaron a la escuela otra vez. Entre esos niños está Rawya; Rawya estaba en el jardín de infantes cuando empezó el desplazamiento. De un lugar al otro, año tras año, hasta sus 9 años que su familia decidió que ingrese en una escuela. No pudo continuar con los de su misma edad sino con los que tienen el mismo nivel educativo. Empezó en el nivel inicial, estudió el programa del primer grado completamente durante el primer semestre y el del segundo grado durante el segundo semestre. Sí, es mucha presión, pero los profesores hicieron todo lo posible para compensar lo que faltaba. A Rwaya le encanta la educación y la escuela, pero le era difícil ir a la escuela con niños de diferente edad. Aún así, estudió con la ayuda de su familia y está apunto de terminar este nivel para ingresar a su nivel adecuado. Rawya pudo regresar a la escuela como otros niños después de la larga historia del desplazamiento pero lamentablemente, algunos niños no pudieron regresar. Rafef que tiene 14 años, nunca pudo regresar porque la escuela que está al lado de su casa fue destruida, y la escuela adecuada está muy lejos. El camino era muy largo y horrible y su miedo aumentó cuando fue secuestrada durante 10 días. Después, regresó a su casa y no volvió a salir otra vez. Pero Rafef tuvo suerte de tener profesoras cerca de su casa y gracias a ellas, Rafef pudo ponerse al día. La conocí la semana pasada, y me dijo con insistencia: "estudio muchísimo e insisto en obtener el certificado prepatorio". Y estoy segura de que lo logrará, porque el camino largo nunca fue una barrera para ella. El camino largo que le impidió ir a la escuela, se lo impidió a otros niños también. Pero podemos ayudarlos, por eso acortamos el camiono. ¿Cómo? Cuando inculcamos el deseo por aprender a nuestros niños. Cuando propagamos el autoaprendizaje. Cuando el alumno puede ser autodidacta fácilmente. El programa de autoaprendizaje existe y es simple pero debemos apoyar para publicarlo. ¿Cómo? ¡Imaginen! Supongamos que hay 100 profesores y cada uno puede enseñar una hora como voluntario a la semana, solo una hora por semana. Con 100 profesores a lo largo del año tenemos 5000 horas voluntarias con solo 100 profesores. ¿Y si fueran más? Es seguro que tendremos más horas voluntarias para educar a los niños de nuestro país. Realmente no es difícil. Solo una hora de su tiempo no es difícil, me dirijo a los profesores ahora. Una hora voluntaria puede hacer que una persona quiera aprender y necesita quien le ayude al inicio del camino. De todas maneras, las iniciativas y soluciones que lograron tanto iniciativas como soluciones individuales, el programa inicial o el de autoaprendizaje se aplican en toda Siria y aún esperamos aplicar más cosas porque nuestras niños necesitan más. Esa es la idea de la charla, necesitamos más soluciones. Para finalizar quiero decir que si quieren aprender lo que subyace no vean las noticias, ni en las tazas de café, no consulten los astros. Es suficiente con mirar a los ojos a sus hijos y ver cuán educados están. Sin importar lo sombría que sea la realidad hoy, solo una llave podrá iluminarla, la llave del aprendizaje, la llaveve del aprendizaje es el futuro de nosotros y nuestros hijos. Gracias. (Aplausos)