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Si estáis interesados en que cada uno de vuestros alumnos disfrute de un aprendizaje a su ritmo particular,
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es muy probable que os guste este modelo de aula interactiva.
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En un aula interactiva los alumnos pueden moverse a su ritmo en una parte específica del currículo.
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Ello puede suponer que los alumnos estén trabajando, a su ritmo, en una unidad concreta,
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tal vez sea el material a cubrir durante un trimestre, o quizá es el de todo un curso completo o de varios cursos.
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Depende del centro en el que estéis, del apoyo que tengáis y de la cantidad de planificación que estéis dispuestos -o podáis- hacer.
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Independientemente de cuánta parte del currículo estén cubriendo los alumnos,
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son ellos mismos los que realmente "conducen" su propia educación en una clase interactiva.
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Así pues, los alumnos... los alumnos se convierten en conductores...
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y ello es así, porque los alumnos ya no tienen que escuchar cada día la clase del profesor,
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sino que en su lugar, reciben una lista de ejercicios y de vídeos y, quizá, algunas hojas de actividades y recursos de internet
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por los que se mueven de una forma enfocada a la maestría o dominio de dichos materiales, y siempre a su propio ritmo.
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Vamos, pues, a continuar y saltar al meollo del aspecto que puede tener una clase interactiva.
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Bueno, realmente nunca son iguales y a menudo van cambiando a lo largo del día. Así pues esto es sólo un ejemplo.
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Normalmente, en algún momento durante el día, habrá un coloquio con el profesor.
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Y es entonces cuando un profesor puede mirar los datos y ver qué alumnos necesitarían que les echaran una mano,
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si hay un grupo de alumnos al que les cuesta dominar un tema, o tal vez el profesor está ya listo
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para introducir material nuevo con un proyecto de grupo o como gancho, y esos son los alumnos que están listos para ponerse con ello.
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En una clase interactiva hay también mucho de orientación entre compañeros,
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podemos verlo aquí en estos dos grupos con alumnos que se sientan uno al lado del otro,
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y con estas cosas naranjas que pretender ser ordenadores o tabletas.
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Y, una vez más, los profesores pueden usar los datos de que disponen para agrupar a los alumnos en parejas, o los alumnos pueden formar ellos sus propias parejas,
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basándose en lo que saben del compañero.
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Y aquí, en este rincón, esta parte es, probablemente, más tranquila, y es aquí dónde se trabaja a nivel individual.
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Una vez más, los alumnos pueden estar trabajando con distintos vídeos o ejercicios,
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basándose en el punto de aprendizaje en el que se encuentran.
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Y además, esperamos que se pase mucho tiempo en trabajo de grupo o trabajo en colaboración o proyectos.
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Eso les da a los alumnos la oportunidad de acercarse a las matemáticas -o a otra asignatura- de forma más exploratoria e interactiva.
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Quizá sea una actividad en la que los alumnos puedan aplicar sus conocimientos a situaciones del mundo real
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y que tengan relevancia para ellos.
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Independientemente de la actividad que sea, son simplemente oportunidades para que los alumnos interactúen entre ellos
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y experimenten un enfoque del aprendizaje de las matemáticas -o de cualquier otra asignatura- basado en el descubrimiento.
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Esto es, pues, sólo un ejemplo del aspecto que puede tener una clase interactiva.
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Podemos ver que pasan muchas cosas, pero hay cuatro aspectos
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que son realmente claves en una clase interactiva, y el primero es los datos.
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Es importante que los profesores tengan muy en cuenta los datos para que así sepan qué alumnos se están quedando rezagados,
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qué alumnos están listos para seguir adelante...
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y como el profesor pasa de ser un experto en contenidos para convertirse más en un facilitador,
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realmente necesita de los datos para saber cómo agrupar a los alumnos de forma inteligente.
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El segundo elemento que es realmente importante para el éxito de la clase interactiva es, simplemente, la gestión del aula.
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Como hay mucho que hacer, es importante que el profesor
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sepa realmente cómo controlar todo ese caos y se sienta cómodo con él.
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El tercer elemento que es importante para una clase interactiva es la planificación.
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Cuando estamos con alumnos que avanzan a su propio ritmo,
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inevitablemente tendremos alumnos que avanzan más rápido que los demás.
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Por eso, el profesor tiene que saber qué hacer con esos alumnos.
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Una opción es que pasen a la siguiente unidad o nivel,
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otra es que les diga "¿sabes? es hora de que ayudes a tus compañeros para demostrar lo que sabes".
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O "Es hora de que hagas un proyecto". O incluso "Es hora de que explores el currículo de ciencias de la computación"
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Estas son formas diversas de "retener" a ese alumno hasta que tengamos listo el siguiente periodo de planificación.
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El cuarto elemento que es realmente importante en una clase interactiva es, sencillamente, tiempo.
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Lleva tiempo llegar, lleva tiempo el que los alumnos se familiaricen con este sitio web,
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y le lleva tiempo al profesor sentirse cómodo con los datos y las analíticas
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y a poder hacer algo como lo que muestro aquí.
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No obstante, si es algo que te entusiasma, te animo a que empieces de la forma que puedas,
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y sólo tienes que saber que, según vas aprendiendo cosas de los sistemas y procedimientos que tienen éxito con tus alumnos,
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todo ello contribuirá a conseguir un aula interactiva en la que se produzca mucho aprendizaje basado en el dominio,
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al ritmo de cada alumno en en la que los alumnos sean los "conductores" de su propia educación.
